lunes, 10 de noviembre de 2014

¿Qué realidad prefieres?


  Antes de nada quiero aclarar que esta opinión es, como todas , subjetiva. No pienso declarar más certeza que la que anida en mi mente como algo que deambula por ella, dependiendo, la mayor parte de las veces, de lo que un servidor observa. Las redes sociales son, para eso, una ventana al mundo particular de muchas personas, cuyas inquietudes y problemas podrían ser las tuyas o las mías.

  Por la naturaleza de la actividad que llevo a cabo en ellas suelo dar con muchos escritores y escritoras de la nueva ola. Aquellos que se han lanzado en busca de un supuesto estrellato, empujados por las opiniones de allegados y familiares. En muchos casos, con escaso talento y ninguna paciencia, esperando un camino despejado para un trabajo que requiere años y años de madurez, convencidos de poseer un nivel adecuado para destacar en un mundo ya de por sí machacado de productos.

  Es ahí donde el verdadero talento choca con la masificación, convirtiendo su presencia en testimonial. A veces, invisible. Ser mejores o peores no garantiza el éxito a corto plazo si no eres capaz de darte a conocer, un trabajo duro de realizar y muy difícil de conseguir. Muchos se rinden, faltos de fuerza, nada más comenzar el camino. Otros transitan gran parte antes de caer arrodillados. Pocos son los que lo recorren hasta recoger los frutos. Es duro, muy duro, tener que abandonar un sueño cuando, detrás de él, yacen muertas tantas horas de trabajo, alimentadas por la esperanza ante un mundo desconocido. Y es que ese desconocimiento es el que mata la esperanza cuando se hace realidad.

  Porque la realidad siempre es más dura que los sueños.

  En Mátrix, Morfeo ofrece a Neo la posibilidad de seguir viviendo en el mundo de los sueños si toma la píldora azul, advirtiéndole que si toma la roja su vida transcurrirá por sendas mucho más duras, pero reales.

  En el mundo literario hay mucho se esto. Puedes seguir viviendo en tu mundo virtual, donde los sueños ocupan el lugar de una realidad fea e ingrata o, por contra, resoplar ante lo que te espera, ceñir bien tu mochila y continuar peleando frente al cortante viento frío que te encontrarás de cara. Todos pensarán al leer estas líneas que elegirán sin duda la segunda opción. El problema de muchos es que lo pensarán habiendo tomado antes la píldora azul.

  Porque la realidad, esa que es más dura que los sueños, también es más difícil de aceptar.


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