Los
sentidos, esa puerta por el que nuestro ser enlaza con la realidad.
El nexo de unión entre la existencia y nuestra percepción de lo que
nos rodea. Que se manejan de manera simple y lineal, como si tan solo
nos mostraran lo que ellos pretenden, porque ver, hablar, oír, tocar
y oler solo es ver, hablar, oír, tocar y oler.
¿O
quizá no?
¿Quién
no ha escuchado nunca una mirada? Pues sabemos que éstas hablan
desde la ira, la tristeza, la nostalgia o la alegría. Y siempre con
voz nítida, imposible de confundir más allá de la falsedad que
las palabras esconden muchas veces.
¿Y
las mismas palabras? ¿Nunca has visto con tus ojos como caían de
los labios de alguien sin ser dichas, mientras esperaban el soplo de
valor que las pronunciara y que nunca llegó? Porque el verbo a veces
se desploma víctima de quien no halla jamás su momento.
¿Jamás
has olido el odio en una persona? El aroma a resquemor que corre
alrededor de quienes no entienden que otras ideologías son posibles,
otras creencias legítimas u otras culturas ricas en enseñanzas.
Fragancia que recorre el aire y amenaza con infectar a quienes la
perciben.
¿Nunca
has mencionado a nadie a quien amabas sin palabras? Con la llamada
del corazón, cuando se arriesga a perder su significado de
expresarse con nuestra lengua, porque el lenguaje muestra más poder
cuando se oculta en gestos que terminan siendo inmortales.
¿Jamás
has acariciado el nuevo día sin necesidad de estar en ninguna parte?
En ocasiones no importa el lugar, tan solo sentir en el alma que ese
camino es el tuyo, porque es al que la vida te ha llevado en ese
instante. Sin pretensiones sobre errores, desgracias ni momentos
felices, y sabiendo que no renunciarás al momento.
Eso
son los sentidos. Mucho más que ver, hablar, oír, tocar y oler.
Utilizarlos en todas sus formas es vivir.@Bombicharmer