Añoranza
Las obligaciones de ser un príncipe me
agobian. Me hicieron así y soy encantador. Atiendo mis obligaciones ante el
vulgo, adoro y cortejo con amabilidad a la princesa, soy un extraordinario
cazador y mi porte es tan apuesto como desearía para sí cualquier hombre.
Sin embargo
no soy feliz. La multitud me turba con sus halagos, las grandes fiestas me
angustian más que reconfortarme y la vida en palacio me causa claustrofobia.
Odio los
fastuosos ropajes en los que voy embutido. Ni siquiera los escojo yo. A veces
me gustaría salir corriendo y esconderme en el campo, cerca del agua, y allí
escuchar el sonido relajante de la naturaleza, el chapoteo de los peces y ver
volar los pájaros a lo lejos. Sentir el olor del verde y los colores del
silencio. Ellos me lo impiden y me obligan ser alguien maravillosos. Tampoco yo
lo puedo evitar. Soy como soy, como me hicieron. Una mentira a medida de una
princesa, de un sueño de cuento.
Y todo por
un beso.
Siempre fui
confiado, y mis padres me lo decían. No confíes en la sonrisa de las mujeres
ni en su belleza. Su visión te puede turbar y hacer que desees el contacto con
la suave piel de su mano, pero sus labios te atraparán para siempre.
Una mañana
se cumplieron los más negros augurios y hoy lo pago con mi tristeza escondida. Atrapado en mi propia sonrisa forzada, en una vida dirigida por el
encantamiento
de su belleza, de sus jugosos labios. Ahogo mi frustración tras una fachada
encantadora con el deseo oculto por recuperar mi antigua vida, pero sin atisbar
ni de lejos tal posibilidad.
¿Cómo
revertir aquel beso que me atrapó? ¿Acaso podría volver a vivir aquel día?
Forma parte
de mis sueños, pero la realidad me recuerda que los deseos ajenos han pesado
más en mi destino que los míos. Por confiar en una sonrisa cautivadora. En el
suave tacto de su mano. Por dejar que sus labios me besaran.
Ahora añoro
mi charca, mi nenúfar. Maldita vida principesca. Yo era una rana feliz.
Bombicharmer
bellissimo, verdades, solo verdades. no quiero cambiar nunca, tu cuento es un tesoro
ResponderEliminarExcelente cuento Bombicharmer, que termina como debe hacer un buen cuento, sorprendiendo con su final.
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